Swans - To Be Kind (Análisis)
- noisetexture.
- 30 sept 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 29 mar 2020
Young God Records/2014/ Post Rock, Noise Rock.

Probablemente el mejor álbum post-rock que podemos escuchar en la actualidad.
9/10
En 2014 Swans alcanzó la cima de su carrera musical con un disco que precisamente gira en torno a ese concepto; la llegada a las cimas, al extremo, al infinito y a rozar la locura. Aquí iremos desglosando el álbum poco a poco para que entendamos de qué se trata con cierta precisión.
Screen Shot del disco To Be Kind (2014), tiene una duración de 9 minutos, en el que el material musical es extremadamente reducido, pues el tema se forma sobre un línea melódica muy simple llevada por la guitarra y el bajo principalmente. Pasados los pocos segundos se suma la batería, dándole un tratamiento muy especial a la caja, afinada de tal manera que el sonido produzca armónicos, pudiéndose considerar así una capa más para añadir a la textura global. Teniendo esta información repetida una y otra vez (no parará de sonar en los nueve minutos de música), se van desglosando pequeños efectos de pedal con otras guitarras, aumentando el misticismo de lo ocurrido. Todos los instrumentos van aumentando el volumen muy lentamente, y en el camino se añadirán patrones en el sintetizador y en el teclado, teniendo así una bola de sonido que no hace más que crecer y crecer. En los últimos minutos, este crecimiento sonoro provoca que todos los instrumentos suenen a la vez incluida la voz, provocando un caos generalizado de efectos sonoros.
A Little God In My Hands, es continuista con las ideas expuestas en la primera obra del disco. Todo comienza con unas células melódico-rítmicas acompañadas de la batería, hasta que la acumulación de material va formando una gran magnitud de sonidos entrelazados y mezclados. En el minuto uno y treinta y cuatro segundos, se nos sorprende con un corte musical provocado por algunos instrumentos de viento metal y el sintetizador, que convierte poco a poco el ruido en materiales repetitivos en las guitarras y el piano. En el minuto cinco y treinta segundos, el sintetizador irrumpe, más que aportando a la textura, iniciando otra capa sonora fuera totalmente del contexto. Un efecto que nos indica que los bucles y repeticiones anteriores están llegando al fin. Hasta el último compás, sintetizador y guitarra, con un simple acorde, quedarán sonando.
La joya de la corona y el tema más importante de todo el disco es Bring The Sun/ Toussaint L’Overture. Empieza con un sonido de “wah-wah” en la guitarra para en breve mostrar una inmensa secuencia de dos minutos de duración en la que no sucede más que la repetición excesiva de clústeres en las guitarras, junto con la batería tocando la caja en la parte del contratiempo. A medida que avanza el tiempo en esta primera sección, podemos distinguir ligeros cambios en el clúster de las guitarras, añadiendo o quitando algunos sonidos. Después de este espectacular inicio, todo se queda levitando, flotando en lo anterior. Es en el minuto cuatro y veinte segundos, donde una guitarra y la batería añaden a lo ocurrido unas pequeñas células, tocadas muy piano para que nazcan prácticamente de la nada, mientras la voz recita varias palabras de vez en cuando. Sobre el minuto siete, todos los instrumentos ya se encuentran sonando a la vez muy piano, con la intención de subir el volumen progresivamente. De nuevo se inician los efectos de “wah-wah” aupados por guitarras y ritmos, sumado a la voz, que como en otros temas que hemos analizado, es un motivo más que se suma al sonido total. Dicha ola de sonido aumenta sutilmente de forma ininterrumpida hasta el minuto catorce y treinta segundos, donde se vuelve a una zona de reposo musical con diversos efectos de percusión y sonidos de guitarra aleatorios “ad libitum”. A pesar de la falta de ruido y de densidad, siempre se puede percibir tensión en la música, pues los efectos tienen un carácter continuista y misterioso, cuya presencia abre puertas a nuevas secciones estructurales.
Sobre el minuto diecinueve se disparan voces y gritos fusionados con ruido de guitarras, formando un clúster masivo de disonancias, una sección de ruido puro, que como todo en este álbum, tiende a desaparecer del mismo modo que llegó a nuestros oídos.
Si que es cierto que a pesar de ser un disco muy innovador, se tienden a copiar los esquemas de otras canciones. En Just A Little Boy (For Chester Burnett) encontramos una manera de programar la música similar a la de Toussaint L’Overture. Motivos muy sencillos en la guitarra y bajo suenan de forma prolongada acompañados por la batería e irrumpidos por sonidos y efectos aleatorios que refuerzan las células anteriores, mientras la música progresivamente ensancha su volumen. Simplemente se llenan doce minutos de música con el mismo material y recursos, excepto en los diez últimos minutos finales, en los que se alternan exactamente los mismos riffs de guitarra en forte con las células del principio del tema.
En el tema Some Things We Do, se llega a una reducción extrema del material musical. Simplemente consta de efectos de violines tales como glissandos ascendentes y descendentes, sustentados por una patrón en la guitarra acústica y en un instrumento de cuerda, y la voz, que una vez más, sin entonación musical alguna, se dedica a recitar la letra una y otra vez. Los elementos son tan increíblemente reducidos que nos es imposible no mirar atrás y darnos cuenta de la tremenda influencia de los minimalistas.
Oxygen muestra de la misma manera el concepto de Screen Shot. Todo empieza con un acorde disonante en la guitarra precedido por la línea del bajo, que sale de la resonancia del propio acorde, momentos después se une la batería con el uso de los platos hasta que decide marcar el ritmo estricto con caja y bombo. Esto se prolonga durante un minuto y diez segundos, momento en el que la voz hace su primera aparición, con un tratamiento diferente. Sigue siendo un tratamiento anti-melódico y muy efectista, pero esta vez la función de la voz es flotar en el espacio sonoro, pues no se atiene a ninguna norma rítmica, solamente recita con total libertad. En el minuto dos y quince segundos más guitarras se unen al acorde disonante, provocando que, más que un acorde, se pase a llamar clúster, pues es prácticamente imposible saber cuantas y qué notas hay sonando a la vez. Poniendo atención se notan ligeras fluctuaciones de notas dentro de ese clúster, pues a medida que avanza la pieza (con la misma finalidad que en Screen Shot, la del crescendo progresivo), el acorde se va engordando. Ya creada la gigantesca textura, en el minuto tres y treinta segundos todo se para, para que la voz inicie un patrón rítmico soportado al unísono por la batería mientras, como no, las guitarras mantienen el suyo propio. El paso posterior es la vuelta al material de la primera sección, con la adición de otro motivo por parte de los vientos metales, que engrandece el clúster. Sigue creciendo y creciendo todo el material junto, repitiéndose hasta rozar lo enfermizo, llegando al minuto siete y diecisiete segundos, donde solamente quedan resonando el gigantesco acorde y la caja de la batería a contratiempo hasta que finalmente, en una de las tantísimas repeticiones, se acaba el sonido. Una vez escuchada y procesada, es curioso ver como se asemeja la idea del crescendo progresivo a obras como Drumming, de Steve Reich, cuya primera parte se inicia en las cortas corcheas de los bongos, para que en cuestión de minutos se convierta todo en un gran plano de sonoridades percutivas.
La estructura general de este disco consiste en el concepto de una progresión conjunta y masiva. Todo tiende a ir hacia arriba, tanto de volumen como de densidad de instrumentos hasta que el ruido gobierna el sonido. Esta tendencia de crecer y decrecer en cada tema, de llegar a la cima más extrema para después caer en picado nos da una visión continua del álbum, pues al acabar un tema, el siguiente se solapa aunque tenga un material armónico y melódico distinto. Si surge una subida es para que la caída de volumen pueda complementar el siguiente material, y así sucesivamente.
To Be Kind no es un álbum, es una idea.
noisetexture. 30/IX/2019

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